Llega a ser incoherente para muchos, aunque para otros tiende a ser excéntrico desde la mirada atractiva de un edificio cuya construcción de veintidós plantas fue producida de arriba hacia abajo o diciéndolo en el vocabulario coloquial “al revés”. Y es que no está mal salir de lo normal y querer plasmar innovación en los distintos espacios que la ciudad nos puede llegar a brindar para un diseño arquitectónico.
Nosotros como arquitectos tenemos que adaptarnos a los lugares, claramente en el caso del edificio UGI ubicado en la ciudad de Bogotá no fue la excepción. Para el año en que se construye este proyecto más de un ingeniero no lo veía viable, pero viene una gran pregunta, ¿cómo diseñas y luego construyes un edificio tradicional en un lote que no te brinda muchas opciones en cuanto al espacio interino? Este mismo escenario al que hacemos énfasis en las palabras anteriores, llevó al arquitecto Hernando Vargas y al ingeniero civil Guillermo González a la examinación osada de un método constructivo con origen alemán, del cual no existía ninguna referencia.
Se trata del Núcleo central deslizado, que consiste en la elaboración de una estructura central conformada en concreto reforzado y viga cajón, cuya estructura cumplía un rol de “columna colosal” donde están apoyados los respectivos pisos del edificio dando una apariencia o similitud a una estructura voladiza.
El Edificio UGI (edificio de la Unión General de Inversiones) es una estructura de 22 pisos. Fue terminado en 1974. Como anteriormente mencionamos el núcleo de la torre se construyó primero y cuando se terminó se construyeron los pisos de arriba hacia abajo, se colgaron los pisos por medio de cables y se sujetaron al núcleo donde se ubican los ascensores, baños y las escaleras.
Unas de las principales problemáticas existentes para la construcción de este hito de la arquitectura y la ingeniería eran la ubicación, la forma y el tamaño del lote. En él se encontraban una casona y una estación de gasolina que fueron derrumbadas para iniciar la construcción de la edificación. Sin embargo, el área del lote no era lo suficientemente grande para construir un edificio de forma tradicional porque en el diseño inicial, las columnas reducían el espacio en los parqueaderos y en el interior de las oficinas. Es por estas razones de peso que se llegó a la conclusión de que el edificio ameritaba otros tipos de soluciones.
El edificio UGI es un caso muy peculiar de diseño y construcción de un edificio, dándonos cátedra de cómo solucionar aspectos tan básicos pero tan fundamentales en un proyecto, además de hacerse en una época donde la innovación, la financiación y las nuevas dinámicas tecnológicas eran escasas.
El reconocimiento a este tipo de obras es meritorio, nos invita a contemplar sistemas efectivos que nos pueden dar versatilidad a nuestros proyectos en construcción y diseño adaptándonos de una forma versátil a cada una de las situaciones espaciales, sociales y económicas habientes.
La duda que nos puede surgir en estos momentos es si este método constructivo llegará a ser tendencia en ciudades donde aún desconocen su origen y características, porque más allá de lo diferente a cómo que se construye existen las razones del por qué de cuya proyección. Si bien, no es nada nuevo que hayan espacios tan estrechos los cuales están destinados para un futuro edificio en el que prosperan qué sea la base de oportunidades económicas, socio políticas y muchos ámbitos más, entonces como no querer inspirarse innovando diseños que serán clave para un futuro estable